Hoy abordamos uno de los temas por los que más nos preguntáis respecto al trasplante capilar: las cirugías low cost. El Doctor Roberto Bajo aborda de lleno este tema, esperamos que os sea útil.
¿Por qué el boom de los trasplantes capilares en Turquía?
La respuesta es sencilla, por un tema meramente económico. Los trasplantes capilares, al igual que otras intervenciones sanitarias en este país, están financiados por el gobierno turco, permitiendo abaratar el coste para el paciente, además de incluir en muchos casos vuelos, alojamientos, etc…haciendo lo que se llaman paquetes low-cost a priori muy atractivos.
El problema viene en la ausencia de controles previos y posteriores a la intervención, la ausencia de certificación en las unidades foliculares trasplantadas y los distintos métodos de trabajo empleados. Esa financiación ha alentado la proliferación de clínicas que no cumplen unos estándares mínimos de calidad, con toda la problemática que puede conllevar para el paciente.
¿Qué diferencias hay en los trasplantes capilares realizados en Turquía con con los que se desarrollan en España?
Lo habitual en nuestro país es que sea sólo el cirujano quien trabaje el cuero cabelludo del paciente, quedando únicamente los técnicos para manipular y conservar las unidades foliculares extraidas.
En Turquía sin embargo, suelen ser los técnicos los que llevan a cabo la extracción (en ocasiones con no toda la precisión necesaria) y la “siembra” de las unidades foliculares, quedando como función del médico (que en muchos casos tampoco se acredita) el diseño inicial y las incisiones en la zona receptora, sobre las que se realizará esa “siembra”.
Esta es una de las grandes diferencias, pues hoy en día la mayoría de los referentes en trasplante capilar realizan la implantación con instrumentos denominados “implanters”, que aseguran una mayor precisión y dirección en la colocación de las unidades foliculares, contribuyendo a un resultado más natural y con mayor posibilidad de supervivencia de las mismas por requerir menor manipulación.
En España, el hecho de que sea el médico el que lleva a cabo tanto la extracción como la implantación obviamente puede alargar los tiempos (de ahí que las grandes cirugías se dividan en dos días), pero aseguran un trabajo más meticuloso y preciso, con menor manipulación de las unidades foliculares y menor inflamación para el paciente, y por tanto mayor supervivencia de las unidades foliculares y mejores resultados a largo plazo.
¿Pueden existir más complicaciones en las intervenciones llevadas a cabo en Turquía, que las llevadas a cabo en nuestro país?
Desgraciadamente sí, tan sólo el hecho de no llevar a cabo una correcta evaluación inicial así como la ausencia en la mayoría de los casos de seguimientos post-trasplante ya nos debería poner en alerta de lo que no es una buena praxis.
Al proliferar las clínicas que buscan esa financiación a la que hacíamos referencia, en muchos casos no se cumplen los estándares mínimos en cuanto a higiene o esterilización de la sala y el material de trabajo, no siendo raro ver cómo varios pacientes se intervienen a la vez en la misma sala, tan sólo separados por biombos. Esto, unido a la presencia de personal no experto, puede favorecer la aparición de infecciones en las zonas de extracción o implantación.
Tampoco es infrecuente ver daños importantes en la zona donante consecuencia de una extracción inadecuada, que en muchos casos imposibilitará una segunda intervención en caso de ser necesaria. De hecho, recientemente, los cirujanos de primer nivel de nuestro país comienzan a ofertar en sus carteras de servicio reparaciones de trasplantes capilares realizados en Turquía, pues es frecuente ver resultados no deseados por el paciente.
¿Quiere decir esto que debemos evitar los trasplantes capilares en es país?
No, en ese país existen grandísimos especialistas, algunos entre los mejores del mundo como es el caso de Koray Erdogan, pero sus métodos de trabajo son más similares a los que se emplean en el resto de Europa, y sí que se preocupan por cumplir esos estándares mínimos a los que hacemos referencia, además de estar avalados por las principales sociedad internacionales en esta materia.
En general, antes de someternos a esta intervención, debemos elegir correctamente al especialista y asegurarnos de tener una consulta previa y en persona con él, donde se haga un estudio detallado de cada caso y se aclaren todas las dudas, así como asegurar un correcto seguimiento postoperatorio.