Con el paso del tiempo, el ácido hialurónico que tenemos de forma natural en nuestra piel, se va perdiendo y con ello disminuye su elasticidad, hidratación y firmeza. Para ello, tenemos rellenos de ácido hialurónico inyectables que se usan para restaurar volúmenes, mejorar la calidad de la piel, corregir asimetrías, atenuar y prevenir signos del envejecimiento. 

Actualmente se fabrica de forma sintética y no precisa pruebas de alergia para su colocación. 

Existen distintos tipos de reticulaciones y formulaciones para poder adecuar el ácido hialurónico a cada zona a tratar. 

Es un implante reabsorbible y la duración es variable en cada paciente, pero varía entre 6 y 12 meses.