Puede haber esperanza para los niños y adolescentes que sufren de migrañas que no responden al tratamiento tradicional. Las inyecciones de toxina botulínica (‘Botox’) pueden proporcionar un alivio significativo, según sugiere un pequeño estudio preliminar presentado en la reunión anual ‘ANESTHESIOLOGY 2017’, la reunión anual de la Sociedad Americana de Anestesistas.
Actualmente, el botox está aprobado por la agencia estadounidense del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos solo para tratar las migrañas en adultos. Uno de cada diez niños y adolescentes en edad escolar padece migrañas, pero hay pocos medicamentos aprobados por la FDA para este grupo de edad.
Además, algunos niños y adolescentes no responden bien a las opciones disponibles, como ciertos medicamentos «de rescate» para el dolor de migraña, y el dolor y la discapacidad de las migrañas pueden tener un impacto severo en sus vidas. En algunos casos, los medicamentos preventivos pueden ayudar; pero actualmente solo se autoriza un medicamento preventivo contra la migraña, el topiramato, para adolescentes.
«Cuando los niños y adolescentes tienen dolor de migraña, puede afectar gravemente sus vidas y su capacidad para funcionar. Pierden colegio, sus calificaciones sufren y se quedan atrás, a menudo sin poder alcanzar su máximo potencial. Claramente, existe la necesidad de un tratamiento alternativo para aquellos que no han encontrado alivio», dice la autora principal del estudio, Shalini Shah, jefa de la División de Medicina del Dolor en la Universidad de California, Irvine, Estados Unidos.
«Después del tratamiento, vimos una mejoría en los aspectos funcionales en todos los niños y adolescentes. De hecho, una paciente era hospitalizada mensualmente por su dolor de migraña antes del tratamiento con botox y se esperaba que se quedara atrás en la escuela. Después del tratamiento, solo tiene una o dos migrañas al año y está estudiando con éxito en la universidad», describe.
MENOS MIGRAÑAS Y MENOS DOLOROSAS
El estudio incluyó a nueve niños y adolescentes (de 8 a 17 años) que padecían migrañas de 8 a 29,5 días por mes. La mayoría había probado numerosos medicamentos y otras terapias sin mucho alivio. Todos recibieron inyecciones de botox en la parte frontal y posterior de la cabeza y el cuello cada 12 semanas y se evaluaron durante un periodo de cinco años. Tras el tratamiento, los pacientes experimentaron migrañas de 2 a 10 días por mes.
Además, cuando tenían migrañas, sus dolores de cabeza no duraron tanto, pasando de entre 30 minutos a 24 horas antes del tratamiento a de 15 minutos a 7 horas después del suministro de botox. Sus dolores de cabeza no fueron tan dolorosos: el dolor informado por el paciente en una escala de 1-10 (desde ningún dolor hasta el peor dolor imaginable) varió de 4 a 8 antes del tratamiento y de 1,75 a 5 tras las inyecciones de botox.
Se informó sobre ocho eventos adversos durante el estudio, la mayoría debidos a dolor en el sitio de la inyección y no se informaron de eventos adversos graves. Si se confirman los resultados de este estudio, el botox podría ser una alternativa para aquellos sin opciones de tratamiento, considera Shah. Actualmente, su equipo está inscribiendo a pacientes para estudiar este tratamiento en un ensayo prospectivo, aleatorizado, doble ciego, para comparar este tratamiento con un placebo.
«Muchos medicamentos actuales para la migraña tienen efectos secundarios que incluyen sedación, boca seca y confusión, que no son bien tolerados en niños y adolescentes –lamenta Shah–. Nuestra investigación de botox es parte de un esfuerzo para encontrar mejores tratamientos para niños y adolescentes con migrañas para que puedan desarrollar todo su potencial».
Fuente: ecodiario.eleconomista.es