¿Piensas que tienes tu piel más envejecida de lo que corresponde a tu edad? Si eres fumador/a te interesa conocer los efectos que el tabaco tiene sobre tu piel.

Ya sabemos que fumar está fuertemente relacionado con enfermedades graves y es una de las principales causas de muerte a nivel mundial. En el humo del tabaco existen sustancias cancerígenas como el benzopireno. También se produce monóxido de carbono que formará carboxihemoglobina provocando una disminución  del aporte de oxígeno a todos los tejidos.

De igual forma la piel sufre las consecuencias del tabaquismo, no sólo con enfermedades graves (cáncer de labio, leucoplasias, cáncer oral…) sino también con aquéllas que afectan a su estética. El tabaco provoca  atrofia de la dermis, disminución de fibroblastos y acortamiento de capilares. Tiene un efecto vasoconstrictor por el aumento de los niveles de vasopresina: fumar un cigarrillo produce una vasoconstricción de 90 minutos. Hay estudios que observan que fumar durante 10 minutos disminuye la cantidad de oxígeno en los tejidos durante casi una hora.

En la piel de los fumadores es más frecuente encontrar arrugas prematuras, deshidratación, manchas amarillentas en los dedos, dificultad de cicatrización y alteraciones en la estética bucal. Se piensa que juega un papel importante la isquemia crónica y la disminución del nivel de vitamina A que produce cambios en la cantidad y calidad de colágeno y elastina.

La piel aparece áspera, quebradiza y poco flexible debido a la deshidratación, y  adquiere un tono pálido cercano al amarillo grisáceo causado por la poca oxigenación de las células.

Si tienes una genética estupenda, puede que seas fumador y no tengas este envejecimiento tan marcado, ya que la herencia genética no lo es todo a la hora de valorar cómo será nuestra piel a lo largo de la vida. La genética solo influye en un 25% en el proceso de envejecimiento cutáneo. El otro 75% estará causado por nuestro estilo de vida: cómo nos cuidemos, cómo cuidemos nuestra piel… Y lo que está muy claro es que cuando se unen exposición solar y tabaco, el envejecimiento cutáneo se potencia.