Llega la Semana Santa, y con ella las tradicionales torrijas. Un postre típico de esta época, fácil de hacer y riquísimo, por lo que está en todas las casas.

Una torrija clásica normalmente se compone de pan blanco, leche, azúcar, canela, huevo y aceite para freír. También se le puede añadir miel o vino. Una torrija de aproximadamente 250 gr nos aporta más de 500 kcal y no es recomendable para personas con problemas de vesícula ni para diabéticos o personas con síndrome metabólico.

Si pensamos que no vamos a poder resistirnos, una opción es hacer nuestras propias torrijas, intentando que sean un poco más saludables. Os dejo distintas opciones:

-Sustituir el pan blanco de harina de trigo por pan integral, mejor de masa madre, o si tenemos intolerancia al gluten sustituir la harina de trigo.

-Usar una bebida vegetal para mojar el pan, en lugar de leche de vaca. Eso nos permite obtener ya un toque dulce, y también que las personas intolerantes a la lactosa o que no toman lácteos puedan disfrutar del postre.

-Intentar disminuir el azúcar todo lo posible. Para ello podemos usar toda la canela que queramos, ya que nos va a ayudar a regular la glucemia. Otra opción es hacer una compota con alguna fruta y canela, mezclarla con la leche vegetal y empapar ahí el pan. Todas estas estrategias aportarán dulzor sin tener que usar tanta cantidad de azúcar.

-Hacerlas al horno en lugar de en la freidora. Si se quiere hacer en sartén intentar que sea más tipo «plancha», es decir, el aceite justo para que cuaje el huevo.

-Para la opción vegana, sustituiríamos el huevo por harina de garbanzo, mezclándola con la bebida vegetal.

-Espolvorear con canela, semillas, coco rallado…

Anímate a cocinar tus propias torrijas, personalizando la receta. ¡Buena semana!