Si tienes exceso de sudoración en tus axilas, ingles, palmas de las manos o plantas de los pies, es muy probable que sufras hiperhidrosis. A veces puede darse también en otras zonas del cuerpo como la cabeza y el rostro. Generalmente la afectación es simétrica y la piel de estas zonas puede cambiar de tonalidad, incluso descamarse.
Es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo. Según algunos estudios, la hipersudoración condiciona el tipo de ropa, las actividades sociales incluso el tipo de trabajo de la persona afectada. Así que es un trastorno que altera la calidad de vida del paciente, por lo que es fundamental encontrar el tratamiento adecuada a cada persona.
Contamos con distintas opciones de tratamiento:
- Productos antitranspirantes para bloquear la salida del sudor de las glándulas sudoríparas, pero no suelen ser lo suficientemente efectivos.
- Cirugía asistida por videotoracoscopia: se realiza una simpatectomía quirúrgica anulando los nervios que llegan a las glándulas sudoríparas. Es una intervención que necesita anestesia general y ventilación unipulmonar, es decir, que el paciente sólo ventilará por un pulmón mientras el cirujano torácico manipula el contrario. Posteriormente se reinsufla el pulmón colapsado y se procede a intervenir el otro lado. Son incisiones pequeñas a la altura de la axila, pero no deja de ser una cirugía, con los riesgos asociados a ella y a la anestesia general. Además el paciente necesitará un tiempo hasta reincorporarse a su vida normal.
- La toxina botulínica es una solución no quirúrgica que temporalmente elimina el exceso de actividad de las glándulas sudoríparas. Es un tratamiento bastante seguro, bien tolerado y de gran eficacia, que mejora la calidad de vida del paciente.
Mediante pequeñas inyecciones con agujas muy finas se infiltra la toxina en la zona a tratar. Es un tratamiento que dura unos 30-35 minutos y el paciente hará vida normal inmediatamente.
En dos o tres días empezará a notar el efecto, que se prolongará entre 4 y 10 meses, según el caso. El caso más común es la hiperhidrosis axilar, que donde suele tener una duración aproximada de siete meses. Así que la primavera es una época excelente para realizarse el tratamiento, ya que reduciremos nuestra sudoración durante todo el verano.
Si el exceso de sudoración llega a condicionarte en muchos aspectos de tu vida, consúltanos tu caso y valoraremos el tratamiento más adecuado. Actualmente la única solución no quirúrgica con gran tasa de efectividad para la hiperhidrosis es la toxina botulínica.