En cuanto acaban los meses de playa guardamos bañadores, gorros, toallas y cremas solares hasta el próximo año. A pesar de que en invierno vamos más protegidos por la ropa y nuestra piel está menos expuesta, es un gran error pensar que no hay que usar protección solar en invierno, sobre todo si practicamos deporte de alta montaña.
Durante los meses de frío hay menos radiación ultravioleta B ( UVB), que puede causar cáncer de piel y quemaduras solares, ya que se asocia a un daño superficial y de menor duración. Sin embargo, la radiación ultravioleta A ( UVA) sigue presente en invierno, ocasionando un envejecimiento prematuro de nuestra piel con la aparición de arrugas o manchas, es un daño más profundo y mantenido.
Distintos estudios han demostrado que la radiación ultravioleta tiene un efecto inmunosupresor, tanto UVA como UVB, a nuestro organismo le costará defenderse ante las agresiones. La radiación solar daña el ADN de las células cutáneas.
Si practicas deportes de invierno piensa que a medida que aumenta la altitud se multiplican los efectos nocivos de la radiación solar y que la nieve refleja la radiación ultravioleta en mayor medida que la arena de la playa. Así que si te gusta el alpinismo, el esquí, escalada en hielo o el snowboarding no te olvides de aplicarte un buen protector solar en las zonas de piel expuestas, mínimo un 30 FPS, aunque 50 FPS preferiblemente.
Aprovecha el inicio de este nuevo año para tomar conciencia de tus hábitos y comienza a usar protección solar también en invierno.