La alopecia androgénica o androgenética es la causa más frecuente de calvicie, afectando principalmente a los varones. Las mujeres empezarán a sufrirla a partir de la menopausia, cuando caen los niveles de estrógenos.
Se cree que hay factores genéticos, es más fácil padecerla si tus padres o abuelos ya la padecieron. Pero el factor principal es hormonal: la enzima 5 alfa reductasa transforma la hormona testosterona en dihidrotestosterona, y ésta afecta a los folículos pilosos, originando una miniaturización de éstos y un cabello cada vez más debilitado que acaba en calvicie progresiva. Primero el pelo pierde fuerza, es más débil, se empieza a «clarear», pero esta fase es todavía reversible.
Lo siguiente es la pérdida del cabello, principalmente en la frente y la coronilla de los varones, que son las zonas más vulnerables hormonalmente.
En la mujer sigue distintos patrones. Con la edad aumenta la prevalencia de la alopecia androgénica en mujeres y puede llegar a afectar a más del 50% de las mujeres a lo largo de su vida. Diversos estudios aseguran que la repercusión psicológica de la alopecia es mayor en las mujeres, incluso con grados mínimos de alopecia.
Es importante recibir un buen asesoramiento ya que hay muchos factores que influyen en la caída del cabello: estrés, alimentación, desórdenes hormonales… Una vez diagnosticada la alopecia androgénica es fundamental empezar con un tratamiento preventivo cuanto antes, el tiempo apremia. La mayoría serán tratamientos a mantener durante largos periodos de tiempo si queremos retrasar la evolución de la alopecia.